Se presentó por primera vez en 1976, en la Neue Galerie Aquisgrán, la exposición La fidelidad de las imágenes, René Magritte y la fotografía. Desde entonces ha circulado por todo el mundo. Magritte, pintor valón, como la mayoría de sus amigos que aparecen en las fotografías, cambió el presente y el futuro de la pintura, abriendo las puertas a un mundo extraño y sin embargo familiar.