Este edificio constituye la primera puesta en práctica de los estudios de Kazuyo Sejima para viviendas metropolitanas, basados en una exploración de las múltiples distribuciones y formas que pueden adoptar las viviendas sociales. A partir de un programa típico de vivienda de promoción pública, la confrontación entre la modulación de la estructura y una distribución aleatoria, o entre la longitud del edificio y su profundidad reducida, Sejima nos conduce también a la confrontación entre espacios habitables y paisaje, entre individuo y unidad familiar.