Un instituto con vistas es la novela que estaban esperando los amantes de las obras satíricas de Tom Sharpe, de sus institutos llenos de alumnos salvajes e ineducables y de profesores resignados a la desgracia. Aquí no hay caballeros a la inglesa, ni alumnos retrasados dispuestos a salvar a viejas damas, sino salvajismo a la española, profesores que calculan a qué velocidad vuelan los ángeles, historias escatológicas, quinceañeras que confunden la libertad con el libertinaje y lo pagan con hermosas barrigas, profesores cuyo sentido común retrocede con los años y que nunca fueron capaces de pasar de la portada del ABC, otros que claro- lucharon contra el franquismo, alumnos integristas, codiciosos, envidiosos, insidiosos, depravados, inmorales, profesoras vírgenes y sabios indecentes. Un retablo de la España que ve nacer el siglo entre bostezos. Estamos ante una extensa e hilarante sátira del sistema educativo español y occidental, destinado a producir obreros sin cualificar, fracasados, y ante el que sólo queda la risa como terapia.
