¿Quién se resiste a reality un show, al dinero fácil y a la fama? Quien no sale en la televisión está muerto. Si para sacar la cabeza fuera del agua tienes que matar a un periodista durante un talk show, o casarte con un ex convicto en la capilla de la cárcel, el mundo lo entenderá. Y si eres un guionista profesional y te hueles que al otro lado del Atlántico puede estar el reportaje de tu vida, cualquier artimaña será bien vista por los tiburones de las cadenas de televisión. • La vida privada de Dios recorre las peripecias de un puñado de personajes, entre Estados Unidos y España, que buscan redimir sus fracasos y reconstruir sus vidas a través del éxito instantáneo que prometen los medios de comunicación. Roy Power Huttunen, una estrella de Hollywood venida a menos y que ha terminado entre rejas; Dora, una mujer que sueña con huir de la mediocridad y ser el tema principal de conversación de los corrillos vecinales y las tertulias de cafetería; Sergio, un profesional de la televisión que aspira a dignificar el medio con sus ideas innovadoras (e incomprendidas) y que descubrirá una conspiración para asesinar a un famoso personaje; y Arthur, un mediocre representante de artistas acosado por un criminal y al que la fortuna servirá en bandeja una oportunidad para cubrirse de gloria y dinero: “La ventana de la esperanza”, un reality show en el que los concursantes serán enfermos en espera de un trasplante y a quienes el público deberá salvar o condenar con sus votaciones telefónicas.
