Según el autor, fumador es quien tiene el hábito de aspirar y despedir el humo por gusto y vicio, y que llega a adquirir para él fuerza de precepto, amén de melancolizarlo cuando le falta. Una vez adquirido el método, y mientras fuma su último cigarrillo, el lector descubrirá un nuevo precepto: que él nunca ha fumado, que Dios no fuma y que aquí no fumará ni dios.