Pensadores ilustres como Immanuel Kant dedicaron en otro tiempo su energía a resolver el problema existente entre el ser y el deber ser. Lo que probablemente no anticiparon fue que en nuestra época se planteara una dicotomía casi mayor entre el ser y el parecer, en el que este último lleva todas las de ganar. La reflexión sobre cómo esta falla entre la realidad y la percepción distorsionada afecta también a nuestra profesión, incidiéndose en los clichés de la frivolidad o de la vanidad, nos animó a coordinar un libro que permitiera conocer esa cara B de la Carrera, inspirada por el servicio al ciudadano.