Toda persona es un enigma, un arcano: no es un conjunto de datos que podamos asediar desde una disciplina y agotar su significado, sino que confina con el misterio del ser humano. ¿Quién fue Octavio Paz? Fue uno y muchos a la vez. Crítico literario y de arte, pensador, intelectual político, interesado en las ideas, director de revistas culturales, diplomático… De una lucidez singular, nunca estuvo en la mente de Paz escribir sus memorias: algo reservado con su intimidad, fue un hombre tan abierto intelectualmente como hermético en el orden íntimo y familiar. Solitario con amigos en los cinco continentes, vivió siempre cerca de los periódicos y de la calle, de la agitación de las multitudes. Dialogó con poetas jóvenes y viejos, con filósofos y pintores, con políticos y arquitectos, con científicos y arqueólogos, con lingüistas y jardineros. Pero Paz fue sobre todo un poeta, lo que no quiere decir que sus ensayos y críticas fuesen secundarios, sino que su reflexión estaba animada por un saber poético. Octavio Paz, uno de los poetas fundamentales –y de los hombres más admirables– de su tiempo, fue también un filósofo que buscó una sabiduría, un arte de vivir. El crítico, narrador y poeta Juan Malpartida se propone en este libro, que dedica a un amigo con el que mantuvo una intensa relación personal e intelectual, no tanto una biografía del poeta sino desbrozar algunos de los principales temas y circunstancias que le ocuparon y obsesionaron. Logra un ensayo que es un rico diálogo con uno de los escritores mayores del siglo XX.