La vida en el castillo Erorn es plácida y sosegada. El príncipe Corum Jhaelen Irsei y su familia disfrutan cultivando las artes, la música y la poesía, ajenos como el resto de los vadhagh a las guerras, el dolor, la cólera y la envidia propias de los humanos, de los mabden. Pero ignoran que con ello despertarán también los celos de algunos de los mabden, y que esos celos no tardarán en ceder su lugar al odio y a la más salvaje destrucción. A su regreso de un viaje por la tierra de Bro-an-Vadhagh, en búsqueda de otros miembros de su raza, el príncipe Corum descubre para su horrror que Erorn ha sido devastado y su familia salvajemente asesinada. Llevado por la ira, Corum buscará la venganza de los suyos, sin saber que para llevarla a cabo deberá hacer frente no sólo a los bárbaros mabden, sino a los Señores de las Espadas, los verdaderos responsables de que el mundo haya sucumbido al terrible poder del Caos.