Harta de un novio acomodado y egocéntrico, de sus engaños y sus humillaciones, se decide a dar el salto a una ciudad nueva, nuevos retos profesionales, un mundo nuevo que rompe con la monotonía y la resignación de una vida hasta entonces pequeña, cómoda, desapasionada… Lo que comienza como un encuentro fortuito y fugaz en un bar se acaba convirtiendo en un descarado juego de seducción y dominación. Él la subyuga, Él la arrastra más allá de sus inhibiciones y tabúes y la reta: “¿eres capaz de sentir lo que realmente eres?”. Fascinada, se entrega a Él, en sus manos se convierte en un juguete para el placer… …¿o no? “Noto como la empuñadura de su fusta me presiona en la nuca, sé lo que espera de mi, sé que desea que me agache y deje a su entera disposición uno de mis agujeros, y así lo hago. Me dispongo a que me haga sentir mucha sensaciones, tan desconocidas y a la vez tan deseadas por mí. Amo en Ella el poder que ha tenido de hacerme ver mi propia imagen, aceptarme tal como soy y que me sienta bien con ello. Noto como juega con su tacón, haciéndolo subir y bajar entre mis glúteos, lo siento deslizarse, no suavemente, puesto que la parte baja de su fino tacón parece engancharse entre los pliegues del interior de mis gluteos, pero me excita sentirlo moverse arriba y abajo, hasta que se para en la entrada de mi agujero y lentamente lo va introduciendo, lo siento entrar suavemente , pues mi ano está bastante dilatado, comparado con el diámetro del tacón, aunque su extrema rigidez se impone a la delicadeza de mi carne.” Una novela que deja bastante que desear en el cuidado y calidad de su redacción, pero que rebosa erotismo y sensualidad en todas sus páginas, con el aliciente de ofrecer un curioso juego de ambivalencias y de dobles interpretaciones, que nos recuerda que las cosas no son siempre lo que a través de nuestros propios ojos y sensaciones parecen ser.
