En un paisaje reconocible desolado por los horrores de la guerra, unos personajes –que parecen sombras– se mueven como azotados por un destino a la vez incierto y trágico: un desalentado pelotón de soldados camina sin descanso hacia el Sur, con una misión secreta que, poco a poco, se irá desvelando. Uno de ellos –cuya voz vertebra todo el relato– deberá enfrentarse con una maldición que es, a su vez, una cruel parábola de la Guerra Civil española. Mientras tanto y en el mismo espacio, unos niños inocentes juegan con la muerte y un viejo campesino resiste un interminable interrogatorio. Adentrándose por los vericuetos de una escritura repleta de rumores, el lector llegará al final de un laberinto, al testimonio y la denuncia de una gran locura. Cuando La sangre y el eco apareció publicada por primera vez en 1979, la crítica destacó, junto a su elaborada calidad de estilo, su condición de “sombrío alegato, metáfora cruel muy bien resuelta con una escritura barroca deudora de Faulkner ”. “Una pequeña joya de nuestra novela” Manuel Barrios “Una novela corta, de impecable estructura, que enamorará al lector por la belleza contenida de su lenguaje y la sorpresa de un final que es una ejemplar propuesta moral sobre la Guerra Civil española” Mario Lacruz “ Julio Manuel de la Rosa, del que ya conocíamos cuentos y magníficos relatos breves, llega con La sangre y el eco al inicio de una madurez prometedora. Un novelista que debemos tener muy en cuenta” Gonzalo Torrente Ballester
