A los opositores no les interesan gran parte de las técnicas que le son recomendadas a los oradores profesionales, porque las dotes que aquellos deben mostrar al tribunal son unas muy peculiares; algunas de esas técnicas podrían, incluso, ser perjudiciales para lo que pretenden, a saber, convencer al tribunal de su capacitación profesional. Lo que los opositores demandan es aprender, adquirir y saber emplear unas técnicas de oratoria básicas e idóneas para su fin; estas técnicas son las que constituyen lo que hemos dado en denominar oratoria para oposiciones.