MATERIAL CADUCADO Salobre me empalaga la razón distante que me abruma a cortos trozos. Lanza la comidilla de acentos breves de discordia; acercándose me traspasa a borbotones de incomodidad. Me vuelco sin precocidad absoluta de desencanto obvio y malforme. Añejo arde mi rostro desencajado. En perpetuos tendederos de pinzas flojas yace la vista que más honda cae, por su propio peso.