María José no tanto pretende contarnos cosas como transmitirnos ideas, plantar en nuestros corazones la semilla de su propia visión de sí misma. Del mundo y de la vida. Nadie lea estos relatos de María José con la intención de distraerse o divertirse. Tendremos que abrir nuestras mentes y entrar en nosotros mismos para profundamente meditar. Y valdrá la pena hacerlo, porque María José conseguirá remover no sólo nuestras ideas, sino también nuestros sentimientos... (Del prólogo de Juan Pablo Ortega)