¿Acaso la búsqueda de la felicidad general es contraria a la búsqueda de mi propia felicidad? Siempre pensé, con ingenuidad que no niego, que sería dichosa cuando el mundo también lo fuese, pero ya he comprendido que para eso hay que tener huesos de santa o madera de héroe y yo no soy ni una cosa ni la otra. Soy mujer, soy madre, soy esposa, soy trabajadora. Pero ¿En qué orden? No lo sé aún. Mirando atrás, me doy cuenta de que las mujeres de mi generación, supongo que los hombres también, hemos afrontado un periodo de la historia del mundo tan radical, cambiante y transformador que nosotras mismas hemos tenido que cambiar la práctica totalidad de los principios en que fuimos educadas y con los que crecimos, creyéndolos inmutables y válidos, únicos. Abogada, comprometido siempre con las causas de los más desfavorecidos, Paca Sauquillo nos cuenta nuestra historia, nuestra pequeña historia, desde un punto de vista nuevo, el de aquellos a quienes defendió: una mujer que quería ser hombre, los mineros de Potasas, las víctimas de las últimas ejecuciones del franquismo, los afectados por el caso de la colza... Una experiencia apasionante e incomparable que ahora comparte con nosotros desde su Mirada de mujer