La historia, nuestra historia, está hecha de infinitas migraciones, aquellas que llenaron de huellas todos los caminos de la Tierra en busca de mejores condiciones climáticas y alimentarias. Un ir y venir que ha dado origen a este mosaico multicolor de pueblos que conforman el mapamundi y que nos permite damos cuenta que somos hijos del intercambio, del mestizaje e infinitas mezclas. Los tiempos presentes tampoco se escapan a este nomadeo que atraviesa la aventura humana desde hace casi dos millones de años, planteando los mismos retos de este viaje interactivo: respuesta a un medio hostil y adaptación. Los protagonistas hoy reciben el nombre de inmigrantes, principalmente provenientes de África y América Latina. Pero, a diferencia de otros momentos, la emigración, en los tiempos presentes, dibuja un mundo con importantes fracturas entre el rico mundo del Norte y el empobrecido mundo del Sur, incluso el llamado Primer Mundo incluye en su seno un Cuarto Mundo de olvidados y marginados, que configuran una coexistencia en crisis y donde el haber nacido en el lado malo de la geografía obliga a muchos seres humanos a vivir en la pobreza y en la precariedad permanentes.
