Tras la sucesivas ediciones de la Ortografía en las que la RAE va perfeccionando este tratado simplifi cando sus reglas, minorando las excepciones, y omitiendo toda erudición para hacer más fácil la enseñanza de su doctrina, y no sobrecargar inútilmente la memoria de los jóvenes que la aprenden, esta octava edición, publicada en 1815, es la que se considera que realmente moderniza y fi ja el modo con que han de pronunciarse natural y propiamente las voces de nuestro idioma castellano, y que pueda servir de regla para escribirle con corrección y exactitud