Tal vez todos los retratos imaginarios son inherentemente autorretratos. Las imágenes recogidas en este libro no tienen pretensiones de retratar a personas reales. En su lugar, nos revelan la percepción del artista, que fluctúa entre la autorreflexión introspectiva y la abstracción más radical. Algunos de los retratos reflejan nuestro ideal de belleza, mientras otros se adhieren a un falso estilo naíf. Aún así, todos reflejan la sociedad en la que vivimos y cómo percibe el artista al individuo que la habita.