Tarde o temprano te acaba pasando lo mismo que al resto de jóvenes del planeta: tus padres deciden que eres lo bastante mayor para prepararte el desayuno, el almuerzo o la cena. No tienes ni idea de por dónde empezar. De hecho, sí que lo sabes. Piensas que lo más lógico es estrenarte como cocinero encendiendo el fogón. Pero? ¿cómo se hace? Con la primera tortilla con aspecto de huevos revueltos te das cuenta de que cocinar es mucho más complicado que comer. Tu orgullo no te permite pedir ayuda (ni siquiera consejo) a tus padres. Conclusión: tendrás que aprender a cocinar tú solo? Y aquí es donde interviene este libro, porque aquí encontrarás 45 recetas pensadas para sobrevivir a esta etapa sin sufrir desnutrición. Debes saber que las recetas están divididas en tres niveles de dificultad: de 12 a 14 años, de 14 a 16 años, y de 16 a 18, y que en cada una de las recetas encontrarás información complementaria que pretende hacerte la vida más fácil en la cocina. Si sigues la receta paso a paso, descubrirás que cocinar es muy sencillo y que aquel monstruo de la nevera, llamado lubina cruda, se transforma en un sabroso pescado al horno acariciado por unas patatas.