Novelas rurales las que escribe este autor infatigable, donde un pueblo sencillo, allá por los años veinte y siguientes, vibra con los aconteceres de la historia, los sufre en sus propios huesos, en sus sentimientos y en sus hijos. Novelas botánicas, de una naturaleza que nos deslumbra con su belleza en la primavera, que nos serena la mirada en el verano, que nos entristece y maravilla con los bronces del otoño, y que nos hace meditar en la fugacidad de la vida cuando llega el invierno y parece que el campo se muere para siempre. El brezo colorado, y las otras obras publicadas o inéditas, son un canto a la aldea idílica, perdida, acaso para siempre, pero que resucita en las páginas emocionadas de Ángel de Anleo .