No ha de sorprender que los enfermos ocupen un espacio tan importante en la Biblia, tanto en el Antiguo como, más aún, en el Nuevo Testamento, con una visión que ha avanzado mucho a medida que se han ido sucediendo los escritos y las relecturas a lo largo de la historia, hasta el cambio radical de mentalidad que tiene lugar con la venida de Cristo. Vista la gran diferencia que hay en la concepción del enfermo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y teniendo en cuenta el objetivo principalmente pastoral de este trabajo, esta exposición se divide en dos partes desiguales: después de algunas indicaciones sobre los enfermos en el Antiguo Testamento y la problemática relativa, se centra toda la atención en los enfermos del Nuevo Testamento, estudiando cada caso, el trato que reciben en el texto y la actitud sanadora de Cristo.