¡Saber leer! Ana Ozores se felicita de que su odiosa institutriz, entre tantos dolores que le causó, le diera la capacidad de la lectura... Es bueno releer los grandes libros porque siempre encuentra uno dentro de ese «manantial de mentiras hermosas», aparte del placer de la buena prosa, ideas que sirvieron en su tiempo y que nos sirven con igual fuerza ahora. La necesidad y el placer de la lectura aparecen con la civilización y sólo morirán con ésta. Por ello cuantos nos relacionamos con el texto debemos esforzarnos por jugar un papel positivo. Doña Camila, aunque llena de rencores y siguiendo el criterio de «la letra con sangre entra», le dio a la niña un instrumento fundamental en la vida. El editor, el buen editor, lleno de amor por los lectores, debe también facilitar la obtención y dominio de este instrumento. Para ello seleccionará los mejores contenidos, obtendrá los derechos para publicarlos, depurará y fijará el texto, elegirá los mejores formatos, tipografías, soportes, etc, etc. y, una vez obtenido el mejor producto posible, lo llevará a los canales adecuados para que llegue al mayor número posible de lectores a los que interese la obra. En torno a todos estos elementos fundamentales del noble oficio de editor, naturalmente que se dan toda suerte de elementos económicos, comerciales, etc. pero es imprescindible que los primeros prevalezcan.
