José Cruz Conde, militar de carrera y condecorado por su actuación en Marruecos, fue alcalde de Córdoba, gobernador civil de Sevilla y comisario regio de la Exposición Iberoamericana de 1929, durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Defenestrado tras la caída de dicho régimen, mantuvo siempre cercanía política con los movimientos monárquicos (fue un buen amigo de Alfonso XIII), y aunque hacia el final de la Segunda República aparece entre las personalidades implicadas en la preparación del golpe, termina quedándose en Madrid, donde no tiene otra opción que refugiarse en las delegaciones de países iberoamericanos con los que mantuvo una gran relación en los luminosos días de la Exposición Iberoamericana, como Perú, Argentina y, sobre todo, República Dominicana. La publicación de este diario inédito —después de setenta y dos años, escrito en su periplo de asilo diplomático durante la guerra— es un documento único que aporta una visión privilegiada de una época de la que fue un testigo excepcional; de primera mano y sin revisiones posteriores, actualiza intrigas, asesinatos y pasiones, los hechos más importantes de la historia contemporánea de Españay vistos por una colosal persona.
