La expresión teatral y la contención, el ensimismamiento, son dos actitudes que la pintura francesa de mediados del siglo xviii va a hacer suyas. Las figuras ensimismadas, absortas, de Chardin contrastan con las mucho más retóricas, teatrales, de Greuze . Ambas responden a problemas que van más allá de las tradicionales cuestiones de estilo. La pretensión de crear una ficción suprema –en palabras de Fried – conduce directamente al análisis de la situación del espectador que toda obra pictórica supone. Ahora bien, sólo si este espectador desaparece, sólo entonces será plena la ficción,