Enseñamos a nuestros hijos a leer, escribir, sumar y multiplicar. Aunque todo esto es importante en sus vidas, las pérdidas son inevitables. No solemos enseñarles a hacer frente a los sentimientos producidos por las pérdidas, fundamentalmente porque no sabemos cómo hacerlo. Escrito en un lenguaje sencillo, los autores presentan un método accesible que aporta sugerencias concretas para completar el duelo de forma sana. Aunque está dirigido a los adultos para que ayuden a los niños, ellos también pueden beneficiarse aplicando estos mismos principios.