«¿Quién soy yo, para la gente?», pregunta Jesús en el evangelio según san Marcos. ¿No estará la respuesta ante nuestros ojos, en el texto mismo del Nuevo Testamento? Diecinueve siglos después de su escritura, los evangelios mantienen intacto su poder e influencia. Pero el lector de estos textos se adentra siempre por un terreno sembrado de minas. Los distintos evangelios — según Marcos, Mateo, Lucas, Juan — no coinciden ni en lo referido al lugar en que nació Jesús, ni en cuánto tiempo duró su predicación, ni en quiénes fueron sus discípulos, ni cuáles fueron sus milagros, ni tampoco en lo tocante a su procesamiento, a la fecha de su muerte o a sus apariciones. Las investigaciones de Mordillat y Prieur aportan una luz nueva sobre las innumerables contradicciones entre los evangelios y la historia y exploran las hipótesis más audaces para reconstruir la elaboración del Nuevo Testamento. Y, sobre todo, analizan la figura más oscura de cuantas aparecen en los evangelios: el propio Jesús, un personaje incomprensible bajo las identidades múltiples que los evangelistas le han atribuido.