A Mar Virseda, madrileña que acaba de cumplir 40 años, le diagnostican un cáncer en un control rutinario. A Vicenç Masegosa, barcelonés de 70 años, por las mismas fechas le diagnostican idéntica enfermedad. El azar querrá que, a través de un correo electrónico, sus vidas se encuentren, iniciando una amistad que les ayudará a sobrellevar su enfermedad con humor y con cariño mutuo. Vicenç y Mar, al igual que miles de personas que cada día son sentenciadas por el cáncer, se aferran a la vida y, entre el dolor y la angustia, desbrozan las zarzas del camino, para exprimir lo bueno que ésta les ofrece. La obra, lejos de ser triste o angustiosa, es emotiva, llena de ternura y rebosante de humor. Por ello, el lenguaje es rápido y fresco, con un toque cercano y hasta cierto punto “callejero”, que marca la diferencia geográfica, cultural y cronológica de los protagonistas. Es originalísima la idea de utilizar el mail como medio de comunicación, lo que confiere al texto una especial rapidez y un marcado tinte de modernidad.
