Alistado a la fuerza con 21 años por el ejército alemán, Charles-Eugène Weiss compartió su trágico destino con otros 140.000 jóvenes alsacianos durante la Segunda Guerra Mundial. Al igual que ellos, este joven aspiraba a vivir sus sueños y esperanzas hasta que las tiránicas ambiciones de algunos los quebraron para siempre en el altar de la locura humana y de la barbarie. Como tantos otros, debió afrontar la dura prueba de la separación familiar. El agotamiento físico y el hambre, el miedo y el horror fueron el día a día de los últimos meses de su corta vida y de la de sus compañeros. Por ellos y para ellos, este joven estudiante de teología nunca perdió la esperanza, y en todo momento se refería al Amor de Dios por cada uno de los suyos. Porque Charles-Eugène Weiss, en emotivas páginas de serenidad y de esperanza, en las cartas dirigidas a los suyos durante estos meses trágicos, no duda en ningún momento de la bondad de Cristo. «¡Qué agradable es tener cerca a este amigo verdadero, fiel y misericordioso, en la soledad, en la oscuridad, lejos de casa! Y está aquí, incluso cuando no sentimos su presencia», escribe. A lo largo de este conmovedor testimonio vital, el lector se sentirá impactado por el alcance espiritual de las palabras escritas para su familia por este joven alistado a la fuerza que, a los 21 años de edad, perderá la vida en el frente, habiendo creído y confiado plenamente en el contagio del amor del Padre.