Los diversos movimientos indígenas en Mesoamérica, los Andes y la Amazonía han protagonizado en los últimos años importantes y variadas acciones de movilización y levantamiento, así como tenaces acciones de resistencia, que impugnan el monopolio de la decisión sobre asuntos públicos detentado hasta por las élites económicas y político-partidarias de los distintos países del continente, desafiando sistemática y profundamente el orden social instituido. En tal sentido, las múltiples expresiones sociales y políticas del movimiento indígena de este continente han consolidado su presencia como fuerzas políticas transformadoras tanto del entramado normativo como del andamiaje institucional de los países.