El último candray es la crónica de un viaje mercante. Una odisea protagonizada por marinos a bordo de un navío, símbolo de la aventura y a la vez espacio en el que discurre la novela. En el Seagull navega una tripulación de conveniencia, hay rufianes buenos y malos, abundan los perdidos, ex-legionarios, gentes irreales, de carne y de hueso. El narrador no se limita en El último candray a vivir del cuento invocando a los dioses. Cecilio Pineda trabaja entre esos personajes, confundido entre ellos, siendo a veces ellos mismos. Ahora un marinero, allá un maquinista, después un izquierdista ingenuo o cínico, siempre un hombre de mar, el piloto atento a los detalles de la narración.