El narrador de esta historia recuerda su adolescencia en el Milán de la segunda guerra mundial y en el campo, donde es evacuado junto a otros niños. Las clases, la complicidad entre hermanos, los primeros bombardeos, las colonias de verano, la relación con su padre, los enamoramientos infantiles... son recreados a partir de una serie de vivas estampas. Los rigores de la guerra y la separación de la familia se contraponen al despertar de los sentidos, a la leve intuición de los placeres que todavía le son vedados y, en definitiva, a la fe en la vida y en el futuro. El prestigioso director italiano Ermanno Olmi se disponía a rodar una película concebida a partir de sus recuerdos personales de los años de la guerra en Italia cuando una enfermedad interrumpió el proyecto. En su convalecencia decidió convertir el guión en una novela, Chico de barrio , una pieza única en su carrera –se trata de la única obra literaria que ha publicado– está a la altura de sus mejores obras cinematográficas.