Con sabiduría, humor y honestidad, Anne Lamott construye en Plan B un antídoto espiritual para la ansiedad y la desesperanza. El mundo es un lugar muy difícil para vivir. En todas partes, el terrorismo se ha convertido en algo cotidiano, los políticos siguen decepcionándonos y la hecatombe ambiental está cada vez más cerca. Y la fe de Lamott también se enfrenta a grandes exigencias personales: cumplir cincuenta años, sobrellevar el Alzheimer de su madre, acompañar la adolescencia de su hijo Sam, superar la muerte de amigos y el paso del tiempo. Por suerte, para todos los que nos sentimos ansiosos, tristes, desolados o desconcertados porque el mundo parece no tener arreglo, nuestros padres envejecen y mueren, o nuestros hijos se vuelven más extraños y difíciles a medida que avanzan en la adolescencia, Plan B nos ofrece esperanza en medio del pánico y la desesperación con sus historias de la vida cotidiana, miradas con humor y una gran confianza en el Dios que nos ama y sostiene firmemente en este mundo imperfecto, a pesar, a veces, de nosotros mismos. Anne Lamott observa cómo pasan las estaciones y comparte con nosotros el consuelo y la sabiduría que nos obsequia constantemente la vida, aunque sigamos sintiendo pánico y desesperanza, y también luchando para hacer de este mundo un lugar más seguro y amoroso para todos.