Basándose en su profundo conocimiento sobre la OTAN, donde representó a Italia durante nueve años, el autor expone en este estudio los orígenes de la Alianza Atlántica, su estructura y funcionamiento durante el cuadrienio de la Guerra Fría. La transformación de su papel y de sus métodos en la década de los noventa y su posible futuro en los nuevos escenarios de la política internacional. La obra describe las estrategias sucesivas adoptadas por la Alianza, desde el equilibrio del terror hasta la doctrina de la respuesta flexible y la distensión, su “apertura al Este” tras la caída del Muro de Berlín y posteriormente su ampliación, su papel fundamental en la estabilización de los Balcanes con sus intervenciones militares en Bosnia y Kosovo, y su rol central en el mantenimiento de la paz y la seguridad en el continente europeo reunificado. Partidario convencido de una fuerte vinculación trasatlántica, el autor sin embargo no oculta las crisis, a veces profundas, ocurridas en la Alianza, sobre todo a raíz de la oposición de intereses entre Estados Unidos y algunos aliados europeos acerca de Oriente Medio, y en particular de la guerra en Irak. Su tesis es que se trata, hasta hoy, de crisis “en la Alianza” y no “de la Alianza” ya que la mayoría de los Aliados europeos sigue fiel a la alianza con Estados Unidos. Las previsiones del autor sobre el futuro papel de la OTAN en las crisis regionales, más allá del área cubierta por el Tratado de Washington, se encuentran confirmadas en la actualidad por las misiones confiadas a la Alianza en Afganistán y, más recientemente, en Sudán. Por otro lado, el fracaso, por lo menos temporal, del proyecto de política exterior y defensa común confirma otra tesis del autor sobre la falta de alternativas a la OTAN, no solamente para la defensa europea, sino también para la estabilidad de Occidente en su conjunto y, por lo tanto, de la estabilidad mundial.
