Las familias españolas han cambiado a un ritmo vertiginoso en las últimas tres décadas. En 1970 -ayer mismo- las mujeres no tenían la patria potestad sobre sus hijos, y necesitaban la autorización del marido para trabajar fuera del hogar. Casi la mitad de la población femenina era analfabeta o sin estudios. Las mujeres tenían una media de tres hijos; se esperaba de ellas total dedicación a su cuidado, y ninguna de los hombres. Hoy la media de hijos por mujer es poco más de uno, hay más universitarias que universitarios, y cada vez más mujeres ocupan puestos de alta responsabilidad política, económica y social. Muchos de los nuevos padres cambian pañales y bañan a sus hijos.