La aceleración de los cambios que caracterizan nuestro mundo incide más que en otras épocas a la familia como espacio afectivo de convivencia y aprendizaje. La distancia entre padres e hijos crece, lo que provoca no pocas dificultades de comprensión. En esta coyuntura se hace necesario plantear las posibilidades y también los límites actuales de la educación familiar, para lo que conviene conocer cómo son las familias hoy, cómo son los niños y los jóvenes en nuestra sociedad de la información, las tecnologías y la diversidad y qué criterios básicos deben guiar la acción de los padres y madres de familia de manera que les permitan ejercer eficazmente su función educadora.