Degustar un buen vino de Borgoña Disfrutar del aperitivo dominical Experimentar nuevos platos Imbuirse de los aromas Emocionarse con las notas de una ópera de Wagner o una pieza de Ravel Gozar con el crepúsculo otoñal Quemar una barrita de incienso chino con olor a violetas al despertarse Huir de la vulgaridad... El desarrollo más alto de la civilización consiste en la capacidad de llenar el ocio de manera inteligente. La vida no es un problema a resolver, sino una experiencia a realizar y conviene lanzarse a ella sin reservas. Con su pluma brillante y poética, Luis Racionero nos adentra, a través de los cinco sentidos, en esos instantes íntimos que enfrentarán al lector a una evidencia inquietante: el gozo de disfrutar en plenitud con los simples detalles que nos depara la vida.