Para Carmen Beltrán (Logroño, 1981) este libro es su primera aventura en solitario en el mundo del libro en el que ya ha desarrollado una labor creativa larga en revistas y libros colectivos. La autora parte de un profundo ejercicio de observación, donde el paso del tiempo y la edad son el nudo de sus reflexiones. Prohibido jugar es un libro hermoso, con ecos de E. Dickinson o Sylvia Plath.