Hitchcock Sewell es un empresario de pompas fúnebres atípico. Tiene como socia en la empresa a su tía Billie, una dulce dama y como vecino a Darryl, un precoz niño de doce años que tiene muy claro que de mayor quiere ser enterrador. Hitchcock tiene, sin embargo, la mala costumbre de inmiscuirse en los problemas ajenos y por esta razón, cuando Libby, una ex novia que ha dejado a su marido, se pone en contacto con él para pedirle que la ayude a encontrar a su desaparecida niñera Sophie, Hitch se resiste a meterse en más líos. Pero Sophie aparece muerta y el forense confirma que, además, estaba embarazada. La policía zanja el asunto declarándolo un suicidio, pero el enterrador decide ponerse manos a la obra, para descubrir qué le pasó a la desafortunada niñera de su ex novia. Un personaje inusual con una profesión poco común, un sentido del humor mordaz y la mala costumbre de andar siempre metido en líos.