Mientras Saco busca topos marinos, Toto planta una pequeña campaviña de la Jungladera frente a la puerta de su casa. Quiere escuchar el tintineo de sus campanitas cuando sopla la brisa en la playa de la Isla Narizul. Pero todo lo que procede de la Jungladera es un poco raro, y la campaviña no es una excepción.