Con estas pocas escenas fotográficas es fácil hacerse una idea de la sociedad boliviana de principios del siglo XX y observar las contradicciones en las que se encuentra enclavada. Bolivia es un pais en el que de forma constrastada conviven dos culturas radicalmente diferentes: la occidentalizada, proveniente de su herencia europea con valores centrados en el cristianismo y el capitalismo, y la multicultural indígena con su común Pachamama, que como en ningún otro lugar del continente americano sigue presente y lucha por no sucumbir ante la aplastante fuerza de la economía globalizadora. A través de estos retratos, de la firmeza y la templanza con las que tantas personas posan ante la cámara de don Julio Cordero, se puede realizar un recorrido por una etapa de la historia cotidiana de una parte de la pasada historia de este pueblo. Parejas de enamorados, familias completas, colegios, bodas, reuniones familiares, celebraciones campestres, documentos policiales, registros militares pero, ante todo, rostros que miran, en muchos casos por primera vez, a una cámara que los va a fijar a un futuro para el que ellos siempre serán pasado.
