Sólo delante de las casas abandonadas, Yonah se sentó a la sombra de un plátano. Trazó distraÃdamente cuatro puntos en la tierra: uno representaba a los cristianos viejos de España, otro a los moros y el tercero a los cristianos nuevos. El cuarto punto representaba a Yonah ben Helkias Toledano. SabÃa que no era un judÃo como su padre ni las generaciones que lo habÃan precedido. En lo más hondo de su corazón hubiera deseado ser como ellos, pero ya se habÃa convertido en otra cosa.