Siempre que sobrevolamos una cordillera pegamos la nariz a la ventanilla para no perdernos el fascinante espectáculo que ofrecen las montañas vistas desde el cielo. Pero desde ocho mil metros las cumbres aparecen chatas, aplastadas y sin estatura, y aunque nunca decepciona, el panorama sabe a poco. Darío Rodríguez sabía que para captar desde el aire la belleza insólita de Picos de Europa, no debía volar sobre ellos; tenía que navegar entre las agujas, canales, torres y valles que forman este insólito e irrepetible caos de piedra en el que manda la dimensión vertical. El resultado de la experiencia es una colección de imágenes singulares que desvelan un rostro insólito y sorprendente de estas populares montañas cantábricas. Para quienes no lo conocen, Picos de Europa se revelará como un escenario imposible y fantástico que cambia a cada minuto con la luz y con la altura a la que se sitúa el fotógrafo. Para los lectores que ya conocen estos magníficos macizos, cada fotografía se convertirá en un acertijo que pondrá a prueba su memoria y su capacidad de observación. Cada vez que abran el libro, unos y otros sentirán que acompañan personalmente al fotógrafo en este fascinante viaje de exploración.