Una taza de porcelana china, un sueño o la escritura de una carta son los asuntos aparentemente Ãnfimos que dan pie a estos ensayos escritos por el inglés Charles Lamb a comienzos del siglo XIX. Bajo la voz alegre y honesta que habla de sucesos cotidianos se descubre la sutileza, el humor y la profunda comprensión del hombre que marcan cada una de las observaciones y digresiones. Esta voz tiene la rara cualidad de penetrar en lo esencial a partir de un estilo descuidado, y de proyectarse fuera del tiempo -el nuestro o el de sus ancestros- desde las cosas más sencillas de cada dÃa. Como en todo ensayo clásico, se trata de la imaginación y reflexión de un escritor que aprehende con asombro un mundo donde la tradición literaria y la historia personal se iluminan mutuamente. Es un curso de pensamiento que se rÃe de sà mismo para entregar placer y se hace cargo de su debilidad para enseñar lo que lo enaltece: la amistad, la libertad, la sabidurÃa que no se complace en sà misma y el espÃritu feliz de la niñez.
