El dibujo constituye la piedra angular del mundo creativo infantil. Niños y niñas comienzan a expresarse plásticamente muy pronto, hacia el año y medio de vida aproximadamente en que se inicia la etapa de garabateo. Educadores y psicólogos han sido conscientes, desde el nacimiento de sus respectivas disciplinas, de la importancia de los dibujos de los niños, ya que han entendido que éstos exceden sus propios significados plásticos o artísticos. A diferencia del lenguaje verbal, que contiene grandes dosis de racionalidad debido a que los sentimientos han de ser traducidos a palabras, el dibujo se revela como un medio idóneo a través del cual el niño comunica su manera de entender, racional y emotivamente la realidad natural y humana que le rodea.