He viajado por la poesía desde niño. Ha sido un viaje largo y con muchas paradas, lleno de sensaciones, con idas y vueltas, con mucho salto atrás y con sorpresas. A veces me han deleitado unas palabras sueltas, casi sin sentido, otras el peso de una idea... Me entusiasmé con León Felipe y fui su amigo, también con Pedro Garfias y Manuel Altolaguirre... Por último entronqué con Emilio Prados, Alberti y los poetas coetáneos de Arcos de la Frontera... Mi último acercamiento lo acabo de hacer. Se llama MERCEDES ESTÍBALIZ, nombre que entronca a tiempos arcaicos, con pasión de mujer moderna, temperamental, de banderiza vizcaína, que se desnuda sin velos y se entrega en cuerpo y alma. (Pío Caro Baroja) Mertxe, como bien sabes tu poesía me sugiere admiración ante la verbalización profunda adaptada a tu persona, acomodando la palabra en este escenario poético trenzado de lirismo (Amparo, Vda. de Celaya, en la carta prólogo) _ Los matices primarios En este duermevela, turbando la tristeza, se ve el cerco de tus labios, el humo penetrante del pitillo incubando la estática sonrisa. En los largos anónimos bastará una mirada para poder besarte. Y elevaré mis ojos al ritmo de mis venas de estudiante. A veces me viene un sudor clandestino de esa edad que en mi boca no existe, sin embargo espero tus noticias de aquel amor primero. Aunque no leo novelas de aventuras que siempre me provocan historias fantasmagóricas de entonces. Así voy derrochando mi existencia, la lucidez del diablo que me aterra cuando creo que huyes sabiamente de mis secretas sendas dejando tu saliva ciudadana en la heredad del habitado sueño.
