PROL. DE MIGUEL MARIAS Bienvenido Mister Marshall, con toda su fantasÃa y toda su comicidad, con su sátira y su caricatura, con su exageración y su ironÃa, permanece viva y no es una pieza de museo. Ni siquiera un documento histórico sobre una España superada, sobre unos pueblos que ya no son asà y que han cambiado mucho, sino una imagen certera y válida de lo que es vivir; hacerse ilusiones y sobrevivir a las decepciones que a menudo siguen al exceso de esperanzas sin fundamento y pasivas.