En cifra y aroma , Escudero, pese a la condición de autor culto y contemporáneo, vuelve a retomar la voz desmandada y paradójicamente fiel a la huella rítmica inmemorial y anónima de las artes temporales de la poesía sin poeta con la que el pueblo canta la queja y razón del corazón común; voz verdadera desveladora de la falsía de la Realidad, palabra viva no del todo sometida a la Literatura.