La educación es un largo aprendizaje en el que se involucran padres e hijos. Ambos deben enriquecerse mutuamente. Conocernos a nosotros mismos y conocer a los niños será el primer paso para comprender sus actitudes y comportamientos y actuar ante sus conflictos cotidianos: peleas, dudas, silencios, enfados, desobediencia, mentiras, rabietas, gritos... La agresividad, como constante en la vida del niño, debe ser tenida muy en cuenta. Pero aquà la agresividad no se entiende como violencia, sino como una energÃa vital necesaria para el desarrollo del individuo. Este libro va dirigido a los padres con hijos de todas las edades. En sus páginas se hace especial hincapié en el ejemplo como valor educativo, a la vez que se reivindica la importancia y la expresión de los sentimientos.