Una mañana, después de darle el desayuno y la medicina a su abuela enferma, Rosario -un niño de once años que vive en una ciudad italiana-se va con su traje de fútbol a cometer su primer asesinato. Los amigos de Rosario comparten con él la misma realidad adulta!, marcada por una supervivencia casi salvaje, y también la ingenuidad propia de una infancia que no encuentra un lugar donde desarrollarse. Son las dos caras de una misma moneda: un niño que vive el bien y el mal con la misma sorprendente falta de conciencia, la víctima y el verdugo de una realidad que golpea con fuerza y ante la que el lector no puede sino contener la respiración y sentirse irremediablemente involucardo. La caracterización de los personajes -especialmente del protagonista-resulta, sin duda alguna, magistral por la sinceridad distante con que Diego de Silva trata un tema tan complejo y apasionante como el de la banalidad del mal y la pérdida de la inocencia. El ritmo velos, las frases directas y punzantes, el desarrollo de la trama en constantes flash-backs y el poder evocador de algunas descripciones hacen de Ciertos niños - finalista de los prestigiosos premios Campiello y Viareggio 2001 y ganadora del premio Nacional de Narrativa Bergamo 2002 -una novela que en ningún caso dejará indiferente.