Heinrich von Kleist representa quizás el valor más asentado del romanticismo alemán. El patetismo desmesurado del que hizo gala en su vida y en su escritura lo situó siempre al margen de la sociedad establecida, que, hizo de él un outsider, un descartado en la misma medida en que post mortem le honró y le honra como un clásico indiscutible de la literatura alemana. Michael Kohlhaas supone la máxima expresión literaria del outsider románticoque lo es a su pesar. La fábula, narra las peripecias de un individuo que se toma la justicia por su mano, cometiendo con ello mayores tropelías que las que intentaba sancionar. Sobre el teatro de marionetas, es uno de los escritos alemanes de teoría del arte que, consagra la naturalidad como principio de actuación estética y rechaza el amaneramiento y la excesiva afectación.