Humilde y desinteresado amor al servicio de la Iglesia Este libro se centra en una figura en alza dentro de la Iglesia, Santa Hildegarda de Bingen, monja benedictina que vivió en Alemania en el siglo XII. Fue una gran mística, teóloga, filósofa, polifacética, científica, escritora, poeta, sabia, música? Dirigía sus consejos y amonestaciones a los hombres de la Iglesia que admiraban su saber y la requerían para resolver dudas y problemas. Fue declarada Doctora de la Iglesia por Benedicto XVI el 7 de octubre de 2012, que relanzó su figura dentro de la Iglesia. Lo que más sorprende de santa Hildegarda de Bingen, además de su inmenso conocimiento, es la consciencia, el tener consciencia de todo, tanto de lo divino como de lo terreno; del tiempo, el espacio, la historia, la eternidad. Es una mística sui generis, que no entra en éxtasis, sino que permanece siempre en su propia realidad, aun cuando lo sobrenatural irrumpe en su vida. Hildegarda no buscó un lugar para sí misma en la Iglesia, sino que fue la Iglesia la que la necesitó a ella, que se puso humildemente y con desinteresado amor a su servicio.Del Prólogo Santa Hildegarda de Bingen, monja benedictina, vivió en Alemania en el siglo XII. Fue una gran mística, teóloga, fundadora, profetisa, filósofa, hagiógrafa, cosmóloga, compositora, escr...